AVE FENIX

brazosabiertos2.jpgEntre las pruebas del líder, pocas son más desafiantes –y más dolorosas– que recuperarse de una catástrofe profesional. La mayoría de los líderes caídos, de hecho, nunca se recuperan. Sin embargo, dos décadas de experiencia en consultoría, investigación académica y sus propias experiencias personales han convencido a los autores de que los líderes pueden sobreponerse a la tragedia, siempre y cuando lo hagan deliberadamente. Los grandes líderes de negocios tienen mucho en común con los grandes héroes de los mitos universales, y pueden aprender a superar grandes reveses pensando en términos heroicos. Primero, deben decidir si contraatacar. En caso afirmativo, deben reclutar a otros para la batalla. Luego deben avanzar en recuperar su estatus heroico en el proceso y probar, a los demás y a sí mismos, que tienen el temple necesario para recuperar su misión heroica. Bernie Marcus ejemplifica este proceso. Devastado después de que Sandy Sigoloff lo despidiera de Handy Dan, Marcus decidió prescindir de la distracción que significa un litigio para pelear su batalla en el mercado. Apoyándose en su red de relaciones cuidadosamente cultivadas con personas cercanas y otras no tanto, Marcus logró obtener financiamiento para un nuevo emprendimiento. Probó que tenía el temple y recuperó su estatus heroico al construir Home Depot, cuyo espíritu emprendedor encarna su misión heroica. Como Jamie Dimon de Bank One, Mickey Drexler de J.Crew, e incluso como Jimmy Carter, Martha Stewart y Michael Milken han demostrado, las reapariciones sorprendentes son posibles en todas las industrias y caminos de la vida. Cualquiera sea la causa de su situación, tiene sentido contar su historia. La alternativa más probable es estar desempleado por un largo tiempo. Si las causas de su despido no pueden hacerse públicas porque son condenatorias, entonces muestre un auténtico remordimiento. El público puede tener una enorme capacidad de perdón si ve una contrición y arrepentimiento genuinos.

Jeffrey A. Sonnenfeld y Andrew J. Ward

Harvard Business Review

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